Las suaves puntas de sus dedos acariciaban mi cuello,se nota que ella estaba desesperada por tener alguna compañía.
Una lágrima deslizó por su mejilla y yo le ofrecí mi pata delantera para que sintiera para que sintiera que todo estaría bien.De pronto,la puerta de mi jaula se abrió y su sonrisa fue tan brillante que inmediatamente salté a sus brazos.
Le prometí portarme bien,le prometí cuidarla,le prometí estar siempre a su lado.Le prometí,que haría todo lo que estuviera a mi alcance para poder disfrutar siempre de esa radiante sonrisa y del brillo de sus ojos.
Yo soy afortunado de que ella pasara hoy por mi pasillo.
Hay tantas personas en el mundo que nunca han recorrido uno de estos pasillos,tantas personas que tienen que ser salvadas.Al menos yo,pude salvar una persona.
Hoy rescaté a un ser humano.
Ojalá,todos sintiéramos como este perrito,dejando de lado el egoísmo,y tratando de dar lo mejor de uno.
Se puede!
Comparto con todos ustedes este texto que encontré hace poco,que es la realidad de muchas personas y de muchos animales abandonados.
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